Una mujer que militó con el alma, que estuvo siempre donde hacía falta, acompañando, organizando, levantando la bandera del peronismo con convicción y amor por su pueblo.
Su ejemplo y su entrega quedarán por siempre en la memoria de todos los compañeros y compañeras.
Gracias, Monona, por tu lealtad, tu fuerza y por enseñarnos que la militancia también se hace con ternura.
